Un nuevo modelo de soporte flotante abre la vía para instalar parques eólicos en aguas profundas en nuestras costas.
De momento, es sólo un mástil meteorológico que flota en el Cantábrico, pero en unos meses tendrá las aspas y el motor de un aerogenerador. Es una torre de 60 metros que se alza sobre una boya que flota a tres millas frente a la Virgen del Mar (Santander). Desde el pasado mes de julio se está encargando de recoger datos relativos a la climatología e hidrodinámica de la zona: viento, oleaje, temperatura, caudal, velocidad, fuerza y peso del agua. También está analizando cómo se comportan los materiales metálicos de su estructura en un ambiente agresivo. Y en breve ofrecerá respuestas acerca de la posibilidad de obtener energía eólica marina en aguas profundas.
Es un prototipo desarrollado por la sociedad mixta público-privada Idermar, un nuevo modelo de soporte flotante que aguanta la carga de un mástil meteorológico encargado de medir el recurso eólico disponible.
La boya experimental diseñada supone un importante avance tecnológico con respecto a las soluciones cimentadas actuales. A diferencia de éstas, no se ubica sobre el fondo marino, sino que flota anclada a tres pesos muertos de 300 toneladas cada uno. Unas gruesas cadenas unen los lastres a la estructura, que posee una longitud total de 100 metros y un peso aproximado de 70 toneladas.
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