La instalación de placas solares es cada vez más común, habida cuenta de las ventajas de esta energía renovable. Sin embargo, su expansión se frena en parte porque el material del que está compuesta la gran mayoría de estos paneles, silicio monocristalino, requiere un proceso de fabricación muy caro. Por ello, los científicos buscan alternativas más baratas y eficientes que puedan emplearse en los próximos años para aprovechar al máximo la energía del Sol.
Actualmente las principales fuentes de energías renovables disponibles en el mercado son las siguientes:
– Energía solar fotovoltáica.
– Energía solar térmica.
– Biomasa.
ENERGÍA SOLAR FOTOVOLTÁICA
La tecnología solar fotovoltaica nos permite aprovechar la energía que nos llega del Sol transformándola directamente en electricidad para hacer uso.
Tradicionalmente, la energía solar fotovoltaica se ha utilizado para suministrar energía eléctrica a lugares donde no era económicamente rentable llevar las líneas eléctricas; de esta manera, la electrificación rural de emplazamientos aislados, los repetidores de telecomunicaciones y el bombeo del agua en fincas rústicas pueden considerarse los impulsores de esta tecnología.
Otra de las aplicaciones de la energía solar fotovoltáica es la venta de electricidad a las compañías eléctricas, de manera que a final de mes el usuario cobra de su compañía el resultado de esta venta de energía.
ENERGÍA SOLAR TÉRMICA
Los componentes para el aprovechamiento de la energía solar térmica son de fácil instalación, presentando diversas utilidades altamente rentables para la gestión de su alojamiento con un coste muy económico.
La instalación se debe realizar teniendo en cuenta la zona climática y las posibilidades de integración de sus componentes en la arquitectura de la edificación.
Las aplicaciones de la energía solar térmica son:
[ad#ad-1]-Calentamiento de agua caliente sanitaria: es la aplicación de la energía solar que, hoy por hoy, resulta más extendida y rentable, permitiendo el ahorro energético y económico derivado de la utilización de la energía solar para el calentamiento del agua. A causa de la relativa constancia de la demanda de agua caliente sanitaria, la instalación solar está en servicio durante todos los meses del año, hecho que permite amortizarla rápidamente.
– Calefacción: permite ahorrar el consumo de gas o gas-oil empleado para la calefacción del alojamiento. Los sistemas de calefacción mediante energía solar térmica más conocidos son:
* Suelo radiante mediante captadores solares planos: se trata de un sistema óptimo para obra nueva debido a que las características de montaje son solucionables con más facilidad y comporta una alta sensación de confort. Esta solución es especialmente buena para locales donde la altura es elevada y requiere calentar volúmenes de aire excesivamente grandes.
* Además, existen otro tipos de captadores solares diferentes a los utilizados en los suelos radiantes, conocidos como captadores solares de vacío, que serán de mucha utilidad en los casos en que se trate de una instalación de calefacción ya montada, ya que permiten trabajar a temperaturas más altas que los anteriores, pudiendo utilizar un sistema de calefacción para radiadores convencionales.
– Calentamiento de piscinas: en este caso, el calentamiento del agua de la piscina mediante energía solar térmica implica un mayor periodo de utilización y confort para el baño.
BIOMASA
La biomasa vegetal es la materia constituida por las plantas. La energía que contiene es energía solar almacenada durante el crecimiento por medio de la fotosíntesis. Por esta razón, la biomasa, si es utilizada dentro de un ciclo continuo de producción-utilización, constituye un recurso energético renovable y respetuoso con el medio ambiente.
Quemando gas o gasóleo para la calefacción, se transfiere y se acumula en la atmósfera carbono extraído del subsuelo profundo, alimentando así el efecto invernadero. Por el contrario, la combustión de biomasa no contribuye de ninguna manera al efecto invernadero, porque el carbono que se libera quemando la madera procede de la atmósfera misma y no del subsuelo.
Las principales tipologías de calderas para la combustión de biomasa, aplicada a la calefacción de usuarios pequeños y medianos negocios se pueden dividir según las tres principales categorías de combustibles vegetales:
– leña para quemar en tarugos;
– madera desmenuzada (astillas); y
– pastillas de madera molida y prensada (pellet).
Las tecnologías para la utilización de combustibles vegetales en sistemas de calefacción doméstica han experimentado un gran desarrollo en los últimos años y han alcanzado niveles de eficiencia, fiabilidad y confort muy parecidos a los de los sistemas tradicionales de gas y de gasóleo.
Calentarse con la biomasa no sólo es beneficioso para el medio ambiente, sino también para el ahorro, porque la igualdad de calor producido, los combustibles vegetales cuestan mucho menos que los fósiles.