Gracias a las pantallas LCD (cristal líquido), además de conseguir que la tele y el monitor del ordenador ocupen menos sitio (y queden más elegantes) que con los antiguos modelos de rayos catódicos, se aumenta muchísimo la eficacia, ya que consumen alrededor de un 30% menos.
También se consigue un salón o un despacho más sano, en la medida en que desprenden menos calor y menos emisiones electrónicas. Eso sí, el día en que te pases a ellas no olvides reciclar tu vieja tele.