Los atascos producidos en las grandes ciudades, tanto en sus accesos como en las principales arterias urbanas, no solo presentan perjuicios en términos de tiempo y de productividad, también tienen efectos negativos en algunas variables ambientales de relevancia en la calidad del medio ambiente de nuestras ciudades y de nuestro planeta, como son las siguientes:
– Consumo de energía. El consumo energético de los coches es mayor en los ciclos de arranque y parada en marchas cortas, habituales de los atascos urbanos. Según datos del Instituto Español para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE) aumentan hasta en un 50%, produciendo que las emisiones de CO2 de un automóvil se incrementen de una media cercana a los 120 gramos por kilómetro en velocidades medias de 60 a 80 km/h a cifras cercanas a los 180 gramos por kilómetro, este incremento causado por un mayor consumo de hidrocarburos afecta directamente al bolsillo de los conductores que quedan atrapados en un atasco.
[ad#horizontal]
– Aumento de la contaminación acústica. Los ruidos y las vibraciones producidos por los motores al ralentí, por los cláxones y por la mayor densidad de vehículos son mucho mayores que los producidos con una circulación normal. Según diversos estudios de externalidades del transporte un aumento de los niveles de emisión sonora habitual en 15 db(A) produce que el ruido sea percibido como molesto por el doble de personas.
– Más contaminantes atmosféricos locales. Las emisiones de gases contaminantes como los óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono, compuestos orgánicos volátiles o partículas, se incrementan en el arranque y cambio de marchas de los motores, unido a la mayor concentración de automóviles, pueden contribuir a la superación de los límites de contaminantes en aire recomendados por organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) o las Directivas Europeas.
– Mayor consumo de materiales. Los atascos reducen la vida útil de los automóviles al utilizar el coche en marchas cortas que provocan un mayor desgaste de los motores y de la mecánica del vehículo, este efecto revierte en los usuarios tanto a la hora de cambiar de automóvil como en mayores gastos en el mantenimiento de los mismos.
[ad#horizontal]
– Más dificultades para otros medios sostenibles. La congestión del tráfico debida en su mayoría a los vehículos privados, afecta a otros modos con los que comparte vías de circulación como pueden ser los autobuses o incluso la bicicleta. Una mayor dificultad para circular en estos modos provoca en ocasiones que los usuarios los abandonen o no se decidan a utilizarlos.
Estos perjuicios ambientales deben unirse a las pérdidas de tiempo y a los retrasos que causan los atascos, que según el estudio “Costes Externos del Transporte en Europa” supusieron unos 200.000 millones de Euros en la Unión Europea durante el año 2008.
Para evitar los atascos los usuarios tenemos la opción de utilizar transporte público, fundamentalmente modos ferroviarios (tren, metro o tranvía), sirva como ejemplo que un tren de servicios metropolitanos lleno de pasajeros equivale a los automóviles que ocupan una autovía atascada durante tres kilómetros, otro buen ejemplo de la capacidad de las vías según el medio de transporte elegido es la fotografía publicada en el post del pasado 17 de octubre.
También los municipios pueden restringir el acceso a las zonas centrales de las ciudades, con cánones de acceso como los aplicados en Londres o en Estocolmo, reduciendo la congestión y por tanto la contaminación de sus principales vías urbanas.
1 comentario
Muchos de estos problemas se podrían mejorar con el uso de unos nuevos productos revolucionarios sobré los que leí en una revista.
Como una placa solar estas nuevas pinturas usan la luz para destruir olores y particulas contaminantes del aire tales como Benzeno, NOx, humos y disolventes. Además de limpiar el aire que respiramos, las paredes pintadas con estos materiales se mantienen mucho más tiempo limpias con es AHORRO que esto supone.