Según un nuevo estudio de la asociación Globalízate, las olas de calor se están haciendo cada vez más habituales sobre todo en junio. En estos primeros nueve años del siglo XXI ha sido raro el año que no se ha registrado una ola de calor en algún mes de verano.
Los datos han sido obtenidos de la AEMET del observatorio de Talamanca de Jarama (una pequeña localidad muy cercana a Madrid) desde 1957 y acaban en agosto de 2009. Además tiene la ventaja de que su registro no está sesgado por el efecto “Isla de calor” típico de las grandes ciudades.
El mes de junio es el que experimenta un mayor aumento de olas de calor. En 1981 y 1995 su temperatura media mensual fue superior a 22.5 ºC, de forma singular estos valores han sido superados en los años 2003, 2004, 2005, 2006 y 2009.
Para julio y agosto, se eligió la temperatura media mensual de 26ºC para discriminar los años en los que la temperatura media estuvo por encima de ese valor, indicando la existencia de una ola de calor persistente. En ese caso, en julio los años más calurosos fueron 1989, 1995 y 2006. En el caso de agosto, los años más calidos fueron 1961, 1991, 2003 y 2009.
[ad#ad-1]El resultado más destacado del estudio es la constatación de que en junio aumentan considerablemente las temperaturas. Mientras en el periodo precedente 1957-2002 sólo aparecían dos años 1981 y 1995 por encima de 22,5ºC [38 años, 2 apariciones], entre 2003 y 2009, los años 2003, 2004, 2005 y 2006 y 2009 han tenido medias por encima de los 22.5ºC [7 años, 5 apariciones].
El segundo fenómeno destacado que se percibe en los últimos veranos, es el mantenimiento de temperaturas medias diarias durante muchos días por encima de la media histórica, sin alcanzar temperaturas máximas record, aunque la elevación de las temperaturas mínimas den lugar a las llamadas “noches tropicales”, es decir, noches con temperaturas mínimas superiores a 22ºC, que tienen notables efectos sobre la salud de las personas al hacer imposible conciliar el sueño.
Aparentemente es pronto para determinar si ha aumentado en los meses de Julio y Agosto la frecuencia de las olas de calor, aunque en Agosto es sospechosa la aparición de 2003 y 2009 [7 años, 2 apariciones] frente a 1961 y 1991 [45 años, 2 apariciones].
Estos datos corroborarían el contexto de calentamiento global en el que nos encontramos y una constatación de que el cinturón de vientos del oeste que traen tradicionalmente las lluvias al oeste de la península y bajan las temperaturas, poco a poco, están siendo sustituidos por vientos del este, más cálidos y secos. Parece también derivarse de estos resultados que ya no es necesaria una invasión de aire muy cálido del norte de África para producir una ola de calor, sino que el estancamiento durante varias semanas de una masa de aire sobre la península, como consecuencia de la falta de vientos del oeste, provocaría por si misma que las temperaturas estuvieran por encima de las media históricas.
Es cierto que cada uno de nosotros podemos observar en nuestro día a día que las temperaturas que estamos viviendo en estas fechas no son habituales (tanto calor). Las lluvias torrenciales ocurridas hace un par de semanas en el mediterráneo (inundaciones en Castellón, Alicante, etc). A mi me sorprende mucho ésto. Realmente algo ocurre ¿o no?
Os adjunto un video de youtube donde se puede observar el «rio seco» de Castellón. Resalto que se llama río seco por algo, pues mira mira…