Los humedales son definidos por la Convención Ramsar como extensiones de marismas, pantanos, turberas o aguas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancados o corrientes, dulces, salobres o salados, incluyendo las extensiones de aguas marinas cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros.
Si los humedales están en peligro la humanidad esta en peligro. El 60% de los humedales y lagos naturales ha desaparecido. El Desarrollo Sostenible de los Humedales constituye el nuevo paradigma de las acciones de instituciones públicas, organismos internacionales y organizaciones no gubernamentales. Ha evidenciado que las estrategias de contención del deterioro ambiental de los humedales que no consideran los aspectos sociales, culturales, políticos y económicos han fracasado. Así, que las políticas ambientales aisladas no han sido capaces de incidir en problemas tales como la pobreza extrema, la falta de acceso a recursos, la injusticia social y las múltiples formas de inequidad, es decir, no han logrado mejorar eficientemente la calidad de vida de la población.
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Los irremplazables beneficios que ofrecen y sus potencialidades inexploradas exigen protegerlos de una acelerada perdida y degradación. Vemos como el avance de la frontera agrícola va acompañada de incendios y desecación de humedales, mientras las grandes represas destruyen miles de hectáreas de estos ecosistemas. Aunque lo mas peligroso sigue siendo el desconocimiento del valor económico, social y ecológico insustituible de estos « esteros » y banados, no pocas veces despreciados.
Hoy es evidente que los humedales favorecen un equilibrio dinámico que mantiene procesos y servicios ecológicos claves. Los ecosistemas inundables son Pulsos Periódicos causados por inundaciones que hacen que esas áreas sean extremadamente productivas y biodiversas, favoreciendo por ejemplo la oviposicion de algunos peces, el ciclado de nutrientes, etc. toda esa dinámica se pierde cuando un río queda desacoplado de esas áreas laterales, de esta forma disminuye la capacidad de autorregulación del río y sus aguas y aumenta el riesgo de inundaciones catastróficas, como las que acontecieron en Polonia y Argentina.
El deterioro y destrucción de los humedales significa también la pérdida de los muchos beneficios que ellos brindan a las comunidades humanas, la industria y las actividades agrícolas:
- Suministro de agua.
- Control de inundaciones.
- Bloqueo de aguas saladas.
- Productos naturales en el sitio (flora, fauna y minerales como la turba, frutas, semillas, peces, aves, reptiles, pasto para ganado, madera etc.
- Producción de energía.
- Transporte.
- Banco genético.
- Conservación de especies.
- Recreación y turismo.
- Significación socio-cultural.
- Investigación y educación.
- Retención de sedimentos.
- Remoción de tóxicos.
- Contribución a procesos existentes en ecosistemas (microclimas).
CONSERVAR LOS HUMEDALES EN ESPAÑA MITIGARÁ LOS EFECTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO, ya que estos ecosistemas amortiguan el CO2 que se emite a la atmósfera al incorporar el dióxido en sus estructuras vegetales, según afirma la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife).