La contaminación atmosférica mata cada año a 16.000 personas en España. Cuatro millones de trabajadores están expuestos a sustancias cancerígenas y 4.000 mueren por causas derivadas de éstas. La industria española ha reconocido el vertido a ríos y mares de 1.219.709 toneladas de tóxicos al año y este dato sólo hace referencia a 44 de los que existen.
Son sólo algunos de los desalentadores datos que revela el informe Contaminación en España presentado el 11 de febrero en Barcelona por Greenpeace, en el marco de su campaña ¿Quién contamina?.
«La contaminación atmosférica produce 10 veces más muertes que los accidentes de tráfico. Las toxinas procedentes de vertidos o de quemas de residuos acaban por entrar en el medio ambiente, de ahí, a formar parte de nuestra cadena de alimentación y, finalmente, esas sustancias terminan en nuestros tejidos», advirtió la responsable de la campaña de Contaminación de la ONG, Sara del Río.
[ad#ad-1]Los tres focos más contaminantes son la producción industrial (metalúrgica, química y vertidos), los hidrocarburos (vertidos de fuel en el mar y plataformas petrolíferas) y la gestión de residuos, que en España «es un auténtico fracaso», apostilla Del Río.
Datos procedentes de la Agencia Europea del Medio Ambiente desvelan que el 41,4% de la contaminación de suelos se debe a la producción industrial. «La polución de las industrias no ha disminuido en absoluto. Simplemente ha cambiado de forma y ahora pasa desapercibida. Ya no vemos, por ejemplo, esas enormes tuberías que salían de las fábricas directamente al mar, pero sólo porque hoy hacen ese camino bajo tierra y bajo agua», aseguró el director ejecutivo de Greenpeace en España, Juan José López de Uralde.
Repostar en alta mar
Los hidrocarburos generan el 14,1% de la contaminación total. La mayoría de petróleo (88%) que tiñe las aguas españolas procede de fuentes terrestres o de vertidos generados por las operaciones de repostaje en alta mar, lo que se conoce como bunkering. «Sólo el 12% se debe a mareas negras».
En cuanto a la gestión de residuos. Ésta supone el 15,2% de la polución total en España. «Su quema es sinónimo de emisiones contaminantes. Además, ahora se está haciendo de un modo erróneo en cementeras. Al emplearse las mismas instalaciones, el escape de los materiales nocivos se realiza a través de propio cemento», señala Del Río.
Greenpeace ha reclamado, entre otras peticiones, la creación de una Agencia Estatal de Contaminación que garantice el cumplimiento de la legislación europea porque «en España hay una connivencia escandalosa del poder político y económico con la destrucción del medio ambiente», concluyó López de Uralde.