Ecologistas en Acción advierte que la presión sobre los humedales costeros, no sólo degrada estos ecosistemas, vitales para el mantenimiento de la biodiversidad y de la estabilidad física de la costa, sino que dificulta mucho, la capacidad de autogestión y el desarrollo sostenible de numerosas localidades costeras. Además, de dejarnos indefensos ante el Cambio Climático.
Durante mucho tiempo los humedales fueron subestimados y, como consecuencia, a menudo destruidos o degradados. Hoy en día, muchos de los valores que poseen los humedales han sido reconocidos por convenios internacionales como el Convenio Ramsar y leyes nacionales e internacionales como la directiva de hábitats de la Unión Europea o la propia ley de Costas, estableciendo estos humedales costeros como un bien demanial del Dominio Público Marítimo- Terrestre.
[ad#ad-1]Los humedales costeros juegan un papel muy relevante en la industria del turismo, ya que, además del beneficio directo de su explotación en el turismo de naturaleza. Estas zonas húmedas son fundamentales en la estabilidad física de la costa siendo un importante filtro de erosión en la costa.
Además, otro valor socioeconómico de uso indirecto, pero fundamental para la supervivencia de las poblaciones locales, es el papel clave de estos ecosistemas salobres en el mantenimiento de la actividad pesquera local, ya que, a pesar de no albergar muchas poblaciones de peces residentes, son lugares usados para la alimentación, cobijo y alevinaje, por numerosas especies de interés comercial, como son las almejas, cangrejos y buen número de especies de peces.
Pero, la realidad es bien distinta la presión ejercida sobre estos humedales costeros es cada vez mayor, la contaminación industrial, la presión urbanística, los vertidos urbanos, agrícolas, … están poniendo en riesgo no sólo la conservación de estos núcleos de mantenimiento de la biodiversidad sino la posibilidad de la autogestión y desarrollo sostenible de numerosos pueblos costeros de toda España.
La situación de contaminación de la Ría de Navia (Asturias), donde la alta actividad pesquera que existía sobre la anguila y la angula, ya es cosa del pasado; la situación de la Ría del Carmen (Cantabria), ría altamente contaminada y canalizada en su totalidad por lo que ha perdido su morfología original y su dinámica hídrica y de sedimentación. Y de la que se han publicado varios estudios de la relación entre estos ecosistemas y las poblaciones de especies como dorada, lubina, sargos, lenguado, salmonete o la anguila. La eutrofización de ciertos enclaves estratégicos de biodiversidad y fuente de recursos, como la Albufera de Valencia, que levantó una importante actividad pesquera. La presión sobre la mayor laguna costera del Mediterráneo, el Mar Menor cuyas zonas húmedas siguen siendo amenazadas por el sector urbanístico. O, el polígono industrial, que la Junta de Andalucía y el Ministerio de Medio Ambiente quiere instalar sobre la marisma seca de las aletas (Bahía de Cádiz), son ejemplos de los más contundentes que encontramos por toda la costa de deterioro de estas zonas e incumplimiento de leyes y Planes como el de Adaptación al Cambio Climático en la costa.
Por este motivo, Ecologistas en Acción, exige a todas las administraciones que sean coherentes en el momento histórico de crisis ambiental y económica que nos encontramos y protejan de manera resuelta los humedales marinos.