Las funestas consecuencias de un desastre natural son casi siempre evitables. InspirAction (movimiento de personas que denuncian el escándalo de la pobreza y ayudan a erradicarla) financian proyectos en todo el mundo para minimizar el riesgo ante huracanes, inundaciones y terremotos y fortalecer a las comunidades más vulnerables para que puedan hacer frente a estos fenómenos.
Si eres pobre, eres vulnerable
En los últimos 15 años, el número de desastres ocurridos en los países de Norte es tres veces mayor que en los países del Sur, sin embargo, el número de muertes en los países en desarrollo es diez veces mayor. La explicación a este absurdo es sencilla: las sociedades más pobres son siempre las más vulnerables. Cuando no hay edificios resistentes, ni sanidad, ni planes de evacuación son los más marginados los que se llevan la peor parte.
Honduras es uno de los países más pobres de Latinoamérica. Los niveles de desigualdad son apabullantes: de sus más de siete millones de habitantes, cerca de un cuarto están por debajo de los niveles óptimos de nutrición. Es una sociedad dividida claramente entre los que tienen un poco y los que no tienen nada.
(Muy) preparados para lo peor
[ad#ad-1]En Honduras trabajan con CASM, una de las ONGs nacionales más experimentadas en materia de prevención de riesgos ante desastres. Esta organización trabaja en seis provincias del país y fue uno de los actores más importantes durante la emergencia del huracán Mitch en 1998 (dando apoyo a 20.000 familias) y desde entonces su labor no ha dejado de aumentar.
El principal objetivo de CASM es hacer entender a la gente de dónde viene el peligro y cómo protegerse de él. Estas son algunas de las historias que ilustran cómo reducir riesgos es salvar vidas:
Huracán Félix: evacuación inmediata
Gracias al sistema de alerta temprana y al plan de evacuación de su aldea, Mino y su familia se pusieron a salvo durante el Huracán Félix en 2007, que dejó a su paso 200 fallecidos. La abuela de Mino, Audelia forma parte del Comité de Emergencias formado por CASM, el cual implementó un plan de evacuación y un sistema de alerta verde/ámbar/rojo.
Graneros para almacenar el maíz
CASM proporciona a familias como la de María, graneros herméticos para que puedan almacenar mazorcas de maíz durante más de dos años, sin tener que preocuparse de insectos o ratones. Esta reserva de alimentos es un salvavidas cuando sobreviene una inundación o una sequía.
No nos olvidemos nunca que estas personas existen y que necesitan nuestra ayuda. Debemos ser solidarios. ¿Y si hubieramos nacido nosotros en la pobreza?
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