A lo largo del día, estamos en continuo contacto con cosas que están hechas de papel, en sus diversas formas: bricks de leche, dinero, libros, revistas y periódicos, pañuelos, etc.Esto significa que gastamos cantidades inmensas de papel cada año, lo cual implica un importantísimo impacto en el medio ambiente , el cual sufre mucho más de lo se estima imprescindible para satisfacer tales demandas anuales.
Hay ciertas cosas que tenemos que tener muy presentes:
- El proceso de creación de papel es terriblemente contaminante: nada menos que el cuarto contribuidor en cuanto a gases invernadero. Además, constituye el 9% del total de las emisiones de carbón en este sector industrial.
- Los productos hechos de papel ocupan el 25% de los vertederos de basura.
- Los vertederos de basura municipales suponen un tercio de las emisiones de metano relacionadas con el hombre. Y hay que tener en cuenta que el metano es 23 más veces más potente como gas invernadero que el dióxido de carbono.
- Si, por ejemplo, en Estados Unidos disminuyera en al menos un 10% el uso del papel, podría evitarse la emisión de 1.6 millones de toneladas de gases invernadero. Algo así como lo que producirían 280.000 coches en marcha.
- El 42% de la madera obtenida por la industria se utiliza para fabricar papel.
Estos son sólo algunos datos bastante desalentadores.
Pues bien, mediante pequeños gestos cotidianos se puede ahorrar mucho papel, lo cual repercutirá, además de en el medio ambiente, también en la economía doméstica.
– Compartir revistas y periódicos: La mayoría de diarios gratuitos que se distribuyen en el metro terminan en la basura. Un gesto importante es dejarlos en los asientos del metro o autobús, en las estaciones o marquesinas… En definitiva, en lugares visibles donde sea probable que otra persona lo coja y lo lea. En cuanto a las revistas, conviene preguntar en el círculo de amistades y familiares quienes compran las mismas y llegar a un acuerdo para compartirlas.
– No está de más, en caso de tener una casa espaciosa, almacenar las revistas de divulgación o prácticas, como las de cocina. A la larga se suelen echar de menos para consultar sobre un tema o buscar una receta, por ejemplo. Si finalmente se decide tirarlas, hay que hacerlo en el contenedor de reciclaje de papel.
– El papel de periódico puede utilizarse para muchas cosas: para encender la chimenea, embalar, etc.
[ad#ad-1]- Reutilizar el papel de regalo: En Navidad se desperdician montañas de papel. Por ello, conviene abrir los regalos sin dañar el embalaje y utilizar éste para envolver otros regalos. Además, al comprar un regalo, si en el comercio le ponen un embalaje excesivo se puede pedir que se eviten adornos innecesarios. En algunos casos se puede prescindir de papel: poniendo sólo un lazo grande al regalo, envolviéndolo con papel vistoso de revistas o cómic o dar todos los regalos dentro de una caja o bolsa bonita a la que luego se le pueda dar un uso práctico.
– Ordenadores: Toda la prensa actual se puede consultar por Internet, de manera gratuita en casi todos los casos. Cada vez hay más bibliotecas virtuales donde descargarse libros y leerlos en la propia pantalla. En Internet se pueden consultar también todo tipo de informes institucionales, documentos, catálogos y un largo etcétera. Si se opta por imprimir, hay que procurar hacerlo aprovechando las dos caras del papel. El personal docente puede sustituir las fotocopias, apuntes y libros de texto por una opción más barata y ecológica: colgar apuntes y ejercicios en la web del centro educativo y que el alumnado lo consulte por Internet. Si se imprime a doble espacio se gasta el doble de papel.
– En la cocina, todo lavable: Es muy importante prescindir de los platos, manteles y servilletas de papel. Es preferible sustituir el papel de cocina por paños y trapos y los pañuelos de papel por pañuelos de tela.
– Las bolsas de papel se pueden utilizar para almacenar la basura de papel y cartón. En el contenedor de reciclaje, conviene vaciar el contenido de la bolsa y quedarse con ésta para volver a utilizarla.
– Negarse a recibir publicidad: Se puede poner una pegatina en el buzón indicando que no se quiere publicidad, o inscribirse al Servicio de Listas Robinson (SLR), tras lo cuál ya no se recibe más publicidad en el domicilio.
– Utilizar papel reciclado: Tanto folios como sobres o postales reciclados están disponibles en todas las papelerías. Además, Greenpeace ha creado el proyecto Libros Amigos de los Bosques para animar a las editoriales a imprimir sus libros en papel avalado por organismos internacionales. El primer libro amigo ha sido «El Bosque de los Pigmeos», de Isabel Allende, pero ya se han publicado algunos títulos más.
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1 comentario
Gran contenido, sigue haciendolo de esta manera y cada vez
llegará lo verá mas gente, como yo, que te he encontrado por internet y me has dejado
impresionado