Bueno, después de unas bien merecidas vacaciones, retomo el blog que lo he tenido algo abandonado. Seis días de vacaciones que a nadie nos vienen nada mal. No he viajado, me he quedado en mi tierra, en Castellón, pero he aprovechado para ir en bici y para dar largos paseos por la montaña.
Llevo toda mi vida viviendo en Castellón y he descubierto sitios nuevos que no conocía. Es alucinante cuanto nos puede ofrecer la naturaleza.
Un día fui a hacer senderismo con mi inseparable acompañante de vida por unas rutas del «Desierto de las Palmas» hacia las fuentes de «les Agulles de Santa Águeda» aquí mismo en Castellón. La ruta está calificada de dificultad media-alta, pero realmente vale la pena. La variedad de vegetación y la cantidad de aves que nos sorprendían de los matorrales era realmente asombroso. Todos nuestros sentidos gozaban de la naturaleza: el olor fresco a vegetación mojada por las lluvias del día anterior, las maravillosas vistas al mar, el sólo ruido de las ramas al moverse y de las alas de los pájaros junto con sus cantos, el sabor del agua pura de la montaña, el tacto de las piedras rojizas bajo nuestros pies… sin duda GRATIFICANTE.
[ad#ad-1]De vez en cuando eramos sorprendidos por ruinas de antiguos caserones o érmitas que a simple vista no se podían divisar de la carretera.
Sólo fallaba una cosa. No era capaz de comprender el por qué, en aquel sitio virgen por la mano del hombre, me podía encontrar ropa por el suelo (zapatos, camisetas…), ¿qué hace la gente? ¿se desnuda en la montaña y se deja ahí sus ropas? No lo puedo entender. Y no hablemos de las latas, colillas, bolsas, botellas de plástico, impresionante.
Creo que la acción del hombre ya ha acabado con bastantes bosques como para que los que nos quedan no los cuidemos. Seamos conscientes. El esfuerzo que nos supone a nosotros guardar la basura en una bolsa y tirarla cuando lleguemos a casa, es ínfimo. Sin embargo, el esfuerzo que le supone a la acción de la naturaleza degradar por completo estos objetos citados, es de cientos de años.
Por favor, seamos conscientes y respetuosos.
Este es el desierto de las Palmas:
1 comentario
Qué bonita es la parte montañosa de Castellón. La montaña y el mar tan cercanos, ese clima suave y ese aroma que proporcionan las plantas que aún quedarán en la montaña. Qué pena de suciedad, de deterioro creado por el hombre. Hay gente que entra en la montaña, y en lugar de asombrarse y darse cuenta lo pequeños que somos, actúa como un zombi y lo degrada todo son sus detritus industriales.Bueno, poco a poco espero que vaya cambiando, aunque eso decía ya hace mucho, cuando veía las cunetas de las carreteras llenas de bolsas de basura ,restos que arrojaban los domingueros los fines de semana al volver del campo los domingos.Paciencia.
Un saludo.