La normativa europea que entró en vigor en noviembre de 2006 obliga a los pasajeros de los aviones a deshacerse de los líquidos, cremas, geles y aerosoles de su equipaje de mano si sobrepasan el volumen autorizado de 100 ml. Esta norma da origen a enormes cantidades de «residuos», que en España suelen ser destruidos in situ, la peor opción posible para el medio ambiente y el bolsillo del contribuyente.
[ad#ad-1]Después de dos años de insistencia, Ecologistas en Acción ha conseguido que la entidad pública AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea), responsable de la gestión de los aeropuertos y de sus correspondientes residuos, acceda a donar los productos decomisados a alguna organización de ayuda humanitaria sin ánimo de lucro, dado que están en perfecto estado y pueden ser aprovechados. Esta práctica es habitual en varios aeropuertos europeos.
Ecologistas en acción ha entablado conversaciones con AENA para determinar las condiciones de la donación y los mecanismos a poner en obra para que los residuos generadas en los controles de los aeropuertos, en lugar de ser destruidos, sean gestionados de una manera racional y ecológica.