LA ESPECIE, CLASIFICADA EN PELIGRO DE EXTINCIÓN POR LA CONSELLERIA, CARECE DE PLAN DE GESTIÓN ALGUNO EN LA MARJAL
La denuncia, presentada el pasado mes de diciembre, está siendo investigada por la Fiscalía al observar indicios de la presunta comisión de un delito contra el medio ambiente.
La especie, conocida localmente como “petxinots”, se encuentra clasificada en peligro de extinción debido a la precariedad de sus poblaciones a nivel autonómico. El Unio elongatulus se creía extinguido en la Marjal de Almenara hasta que recientemente fue redescubierto. Una gran noticia (a nivel de biodiversidad amenazada) que no ha obtenido respuesta adecuada en forma de actuaciones de gestión encaminadas a la protección de la especie y su hábitat. Ni a nivel autonómico ni a nivel municipal.
LA MUERTE DE EJEMPLARES PERTENECIENTES A ESPECIES CATALOGADAS EN PELIGRO DE EXTINCIÓN ES DELITO
[ad#ad-1]Así se desprende del articulado del Código Penal, cuya aplicación en el día a día demanda la asociación.
Los hechos, recordamos, se producen por la “limpieza” municipal del Canal de Torreblanca (término municipal de Almenara) sin estudio de impacto medioambiental. Como consecuencia se produce la muerte masiva de petxinots que es observada y denunciada públicamente por Acció Ecologista-Agró. La colaboración entre ambas asociaciones llevó consigo la elaboración de la denuncia ante la Fiscalía.
La Conselleria, actor fundamental legalmente encargado de gestionar el humedal y de velar por su conservación, ofrece a los municipios un déficit endémico de inversión y gestión. Así pues quien ha de coordinar a los municipios para que cualquier actuación municipal cumpla la legislación medioambiental está ausente. Los riesgos de que un municipio actúe ignorando por desconocimiento o intencionadamente dicha legislación son evidentes. Aquí tenemos una muestra de ello. La solución era sencilla, una Conselleria que a través de los técnicos hubiera indicado cómo actuar (por ejemplo sacando los petxinots y devolviéndolos más tarde al agua) habría sido suficiente.
Sin embargo, mientras la coordinación y el buen hacer son inexistentes, vemos como cada día, hoy las fochas cornudas, al otro los “petxinots”, la Marjal de Almenara está cada vez más vacía de las verdaderas joyas de la biodiversidad que dan un especial valor al humedal.