Continuando con la temática del post anterior…
El posible cambio climático, no sólo está notándose en los cambios de temperatura, sino que también está empezando a pasar factura sobre el medio natural de la provincia. Tanto es así que científicos, agricultores, ecologistas e incluso cazadores coinciden en que ya se están detectando importantes cambios en las especies de la provincia que, por ahora, inciden especialmente sobre las aves, la flora y los insectos.
En este sentido, Joan Castañ, del Grup Au, que participa en el estudio El Piccole Isole de la Universidad de Bolonia que investiga estos fenómenos en las aves del Mediterráneo, manifestó que «hay tendencias que son, posiblemente, atribuibles al cambio climático», como «el adelanto del inicio de la migración postnupcial, es decir, de norte a sur, de las especies» que pasan el verano en África o el retraso en la vuelta, «el paso prenupcial». Detalló que este cambio, «que se ha producido en los últimos 25 años», se ha registrado en «miles de especies», muchas de ellas, muy presentes en Castellón, y tan extendidas como las golondrinas, el ruiseñor, el garcero común, o más desconocidas, como el mosquitero musical, el atrapamoscas gris…
[ad#ad-1]Los agricultores está preocupados puesto que consideran que serán los primeros en sufrir las consecuencias, y ya estan notando cambios en periodos de floración, lluvias…».
Estos fenómenos «producen efectos dañinos en los frutos», pero además, al variar ligeramente el clima, «también se da una redistribución de los cultivos, algo que resulta muy evidente en el caso de los naranjos, que ahora se plantan en el prelitoral, que antes habrían sido demasiado helados, o más al norte, en áreas donde antes la climatología lo impedía».
Estos fenómenos, junto a otros como los registrados en los insectos, han provocado que los agricultores soliciten a la Administración que analicen «los efectos del cambio climático sobre la abeja de la miel y el resto de polinizadores». Esta solicitud surge tras detectar un «déficit de polinización» provocado por el «síndrome de despoblación, que podrían causar pérdidas de alrededor de 600 millones de euros en la Comunitat Valenciana».
Aún con estos datos y otros muchos más que obtenemos de otros medios, hay personas que consideran que esto es debido simplemente a la casualidad, a que nos encontramos ante cambios meteorológicos en años aparentemente inusuales, pero que esto no significa ni dice nada.
Lo que no se puede obviar, es que la naturaleza habla por si misma y que se están dando una serie de cambios importantes y alarmantes que nos muestran indicios de que el posible cambio climático, tal vez, no esté tan lejos como se imagina.
Seguiré votando a favor de la concienciación sobre el cuidado y respeto del medio ambiente y me aferraré a una frase que siempre se ha dicho «más vale prevenir que curar» .
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