Ecologistas en Acción exige al Gobierno y a la Junta de Andalucía que den explicaciones concretas y claras sobre los motivos de la condena del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TUE) por la falta de control pesquero en el Golfo de Cádiz.
El TUE condenó ayer a España por no controlar adecuadamente la pesca en su territorio, y en especial el desembarco y la comercialización de pescados de talla inferior a la reglamentaria. La sentencia señala que España no destina los medios humanos necesarios para la inspección de la pesca y no castiga adecuadamente a los infractores. Siendo práctica habitual la comercialización de recursos que no dan la talla.
La sentencia recoge datos escandalosos como que sólo en 53 de los 479 expedientes tramitados durante los años 2000 a 2005 por la Junta de Andalucía, la actuación tuvo como resultado impedir que el pescado de talla antirreglamentaria entrase en la cadena de comercialización.
[ad#ad-1]Para Ecologistas en Acción esta situación es producto de la política pesquera de ambas administraciones y denuncia que se siguen empleando en este caladero artes ya prohibidos como el arrastre con tren de bolos, que el cerco invade sistemáticamente la reserva pesquera del Guadalquivir en busca de alevines de boquerón, que ponen en riesgo la zona de cría de esta reserva y que el marisqueo ilegal está arrasando las zonas intermareales.
La organización ecologista pide al Secretario General del Mar, Sr. Fragueiro, que no escurra el bulto, y de una explicación clara ya que «es increíble que a primeros de mes su secretaria haga público un comunicado en el que se afirme que las medidas de control y vigilancia pesquera de España son la vanguardia de Europa y, dos semanas más tarde nos encontremos con esta sentencia del TUE».
Ecologistas en Acción pide que se acabe con las malas prácticas reorientando la política pesquera. La administración debe cambiar su política de primas al sector pesquero e invertir en una flota autosuficiente, promoviendo la inclusión de los pescadores en la gestión de las pesquerías y, entrando en un diálogo a tres bandas entre pescadores, administraciones e instituciones científicas del que se llegue a permanentes acuerdos sobre cual, es la mejor manera de explotar, comercializar y conservar los ecosistemas.