En España se han vendido desde 2004 dos especies ilegales de peces modificados genéticamente. La presencia de estos animales transgénicos no fue detectada por las autoridades, sino por la Asociación Española de Distribuidores de Productos para Animales de Compañía (AEDPAC), ya que no había ningún control por parte de aduanas u otros servicios. La entrada de estos peces en España incumple toda la legislación sobre organismos modificados genéticamente.
La venta de peces transgénicos ilegales en España, notificada por la AEDPAC en 2007, ha podido ser conocida a partir de la publicación de las actas de la Comisión Nacional de Bioseguridad (CNB), que el Gobierno ha mantenido ocultas durante más de dos años. Se trata de peces de acuario modificados genéticamente para introducirles un gen que regula la producción de proteínas fluorescentes en anémonas y medusas, para que puedan adoptar este color. Son variantes del pez cebra (Danio rerio) y del pez del arroz o Medaka (Oryzias laticeps), con origen en Taiwan y Singapur. Diversos estudios científicos han alertado sobre los riesgos ecológicos de la liberación de peces transgénicos.
“El Gobierno sigue ocultando información sobre la situación de los transgénicos en España, de forma que solo tenemos datos sobre estos casos con años de retraso. No se sabe qué fue de los peces transgénicos ilegales, ni qué medidas se adoptaron. Ni siquiera si siguen o no a la venta” aseguró David Sánchez, responsable de Agricultura y Alimentación de Amigos de la Tierra.
[ad#ad-1]La falta de control en las fronteras sobre la importación de organismos modificados genéticamente es solo una muestra más de la falta de control con el que se gestionan los transgénicos en España:
- España es el único país de la UE que cultiva- transgénicos a gran escala, con 76.000 hectáreas de maíz modificado genéticamente en 2009. Estos cultivos suponen la contaminación constante de los cultivos de maíz ecológico, y de todos los niveles en la cadena de producción, con graves pérdidas económicas para los afectados.
- Según datos de la Agencia Española de Seguridad- Alimentaria y Nutrición (AESAN), el 15% de los alimentos a la venta en España que contienen soja y maíz están contaminados por transgénicos sin que esta información figure en la etiqueta.
España acoge el 42% de todos los ensayos experimentales que se realizan en la UE, lo que ha sido posible gracias a la permisividad y oscurantismo del gobierno a la hora de publicar la localización de estos experimentos, que suponen un grave riesgo de contaminación de otros cultivos y plantas.
El desinterés del Gobierno en controlar los organismos modificados genéticamente, favoreciendo a las multinacionales del sector, se refleja también en el apoyo del Gobierno a la investigación con transgénicos frente a modelos de agricultura más sostenibles, o en la falta de respuesta ante las movilizaciones sociales en contra de la introducción de alimentos y cultivos transgénicos.