El sistema de producción biológica respeta los ciclos naturales de la tierra y de la vida, gracias a los barbechos y cultivos rotativos no intensivos y a no utilizar ni fertilizantes químicos ni pesticidas o herbicidas, ni hormonas o productos químicos para engordar el ganado.
- SON SOSTENIBLES CON EL ENTORNO
[ad#ad-1]Respetar el medio ambiente es una de las máximas de los productos ecológicos; cuando consumimos alimentos de cultivo ecológico colaboramos en la conservación del medio ambiente y evitamos la contaminación de la tierra, el agua y el aire.
La agricultura ecológica es la más respetuosa con la fauna, la que genera una contaminación más baja de aerosoles, produce menos dióxido de carbono, fija mejor el carbono en el suelo y la tierra está más descansada, con lo cuál aprovecha mejor el agua y aguanta más los períodos de sequía. También contribuye a prevenir el efecto invernadero, ya que el potencial de calentamiento de la agricultura ecológica es hasta un 60% inferior a la convencional, y utiliza hasta un 30% menos de energía, además de incorporar más las fuentes renovables.
- AYUDA A PRESERVAR LA BIODIVERSIDAD
La disminución de la diversidad biológica es uno de los principales problemas ambientales de la actualidad, la agricultura orgánica preserva las semillas para el futuro, impidiendo, de este modo, la desaparición de algunas variedades de gran valor nutritivo y cultural, como consecuencia de los métodos de selección y de biotecnología, incluidos los organismos modificados genéticamente o transgénicos. Según numerosos estudios, la agricultura con organismos genéticamente modificados conduce hacia la uniformidad genética y con ello hacia una erosión genética, lo que significa una pérdida de variedad, con grandes extensiones de un mismo cultivo. Por el contrario, la agricultura ecológica pretende conservar e impulsar la variedad genética de las especies y los genotipos. Por otro lado, estudios recientes demuestran que las tierras de cultivos ecológicos presentan una mayor biomasa que las convencionales y que otros ecosistemas, lo que implica una mayor biodiversidad. En conjunto, todo ellos se traduce también en una mayor variedad paisajística, con los llamados paisajes de mosaico.
- PREVIENEN LA EROSIÓN DEL SUELO
El suelo es la base de la cadena trófica en la agricultura orgánica, mientras que en la agricultura convencional éste se utiliza más como un soporte de las plantas, que además son fertilizadas químicamente, lo que conlleva una contaminación y erosión del suelo, y de sus organismos vivos. Estudios recientes demuestran que la agricultura ecológica, gracias a los fertilizantes orgánicos naturales, al barbecho y a la rotación y alternancia de los cultivos, implica unos suelos mucho más ricos y menos erosionados, que retienen mejor el agua y soportan mejor los períodos de sequía, cada vez más abundantes como consecuencia del cambio climático global.
- PROTEGEN LA CALIDAD DEL AGUA
El agua cubre tres cuartas partes del planeta. A pesar de su importancia, la Agencia de Protección Medioambiental (EPA) estima que los pesticidas y los purines contaminan las aguas subterráneas, provocando la polución de manantiales de agua destinados al consumo de la población. En España, y en particular en Cataluña, la contaminación de las aguas subterráneas por nitratos se ha convertido en un grave problema en los últimos años. En la agricultura y la ganadería ecológicas, no hay pesticidas ni herbicidas químicos de síntesis, y los purines de los animales alimentados de forma natural no se convierten en un residuo tóxico con altas cantidades de nitratos y otras toxinas, pudiendo ser utilizados como fertilizante orgánico natural.
- AHORRAN ENERGÍA
La agricultura moderna emplea más petróleo, y actualmente se utiliza más energía en producir fertilizantes sintéticos que en arar, cultivar y cosechar. La agricultura ecológica gasta hasta un 33% menos de energía que la convencional, según estudios recientes, ya que las fincas aprovechan mejor los recursos naturales y no hacen uso de productos sintéticos cuya producción y transporte implica consumo energético. Además, las fincas ecológicas incorporan más las fuentes renovables que las convencionales, como placas solares fotovoltaicas y térmicas, y pequeños aerogeneradores.
- EN RESUMEN…
La agricultura ecológica permite una tierra más descansada y con una mayor biomasa, es decir de organismos vivos, que la enriquecen y la hacen más resistente a las sequías, y contribuye a frenar la desertización; se mantiene una mayor variedad de paisajes y de biodiversidad; favorece la retención del agua y no contamina los acuíferos; fomenta la biodiversidad; mantiene los hábitats de los animales silvestres autóctonos; respeta los ciclos naturales de la tierra y de los organismos vivos; favorece la biodiversidad y el equilibrio ecológico a través de diferentes prácticas, como el mantenimiento del mosaico de paisajes, de los márgenes arbolados y setos, de la ganadería extensiva, etc.; potencia la fertilidad natural de los suelos y la capacidad productiva del sistema agrario; recicla los nutrientes incorporándolos de nuevo al suelo como compost o abonos orgánicos, y utiliza de forma óptima los recursos naturales y energéticos. En resumen, respeta el equilibrio de la naturaleza contribuyendo a la preservación de la biodiversidad y al desarrollo rural sostenible.